Conservación de los Recursos Naturales: [Acciones a Evitar, Importancia y Uso Adecuado]

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¿Cómo podemos participar en la conservación de los recursos naturales?

Cómo podemos participar en la conservación de los recursos naturalesPrácticamente, la vida de todos los seres que ocupan la Tierra depende de los recursos naturales, incluido el ser humano.

Todo cuanto nos rodea contiene algún material proveniente de los grandes recursos disponibles en la naturaleza, en bosques de cuantiosas reservas forestales que nos prodigan oxígeno para la vida, juntos a mares y océanos.

Por eso es imprescindible asumir como un verdadero apostolado la tarea de conservar los recursos naturales o, al menos, hacer un uso mucho más racional de todas las materias primas que nos hacen más fácil la vida.

Esto comienza con una visión naturalista, enfocada hacia la práctica del respeto supremo a la naturaleza, a fin de evitar alteraciones en los ecosistemas que puedan vulnerar la biodiversidad de miles de especies vegetales y animales proveedoras no solamente alimentos, sino también de materia prima para producir energía, medicinas y fabricar muchos productos suntuarios.

¿Cómo lograr una economía sostenible basada en el respeto a la naturaleza?

No a la sobreexplotación de recursos naturales

No a la sobreexplotación de recursos naturalesLo primero es evitar a toda costa la sobreexplotación de las materias primas, con fines forestales y alimentarios.

Un ejemplo clásico es reducir la tala y quema en los bosques, un grave problema derivado de la agricultura a pequeña, mediana y gran escala que busca abrirse espacios para acondicionar terrenos cultivables pero a un costo muy elevado en vidas, al igual que la obtención de madera en selvas y bosques vírgenes, para fabricar muebles y usarla en la construcción.

En este sentido, es muy importante promover la regeneración sustentable del recurso cuando es inevitable su utilización. 

Una gestión de los mismos en forma planificada es procedente para preservarlos, porque si los explotamos a una velocidad mayor de la que se generan naturalmente, entonces incurrimos entonces  en una sobreexplotación indeseada que impacta el medioambiente.

Y es que todos los recursos se generan a una velocidad determinada. Algunos se generan en forma muy lenta, a lo largo de miles o millones de años.

Estos son los llamados recursos no renovables, como el petróleo y sus derivados, con los que se producen diversos combustibles como gasóleo, queroseno, coque de petróleo, gas metano que se acumula en la parte superior de los yacimientos y muchos otros de alto potencial energético que mueven la economía de los pueblos.

La naturaleza es tan generosa que también puede producir energía a partir de la biomasa y gas metano a partir de la descomposición de la materia orgánica. A este producto se le conoce como biogás.

No a la sobreexplotación minera

Conservación de los recursos naturales - No a la sobreexplotación mineraOtros recursos naturales no renovables son los minerales, cuya explotación indiscriminada también ha ocasionado severos trastornos ambientales, especialmente cuando se trata de la minería a cielo abierto.

Un ejemplo lamentable de esta situación ocurre en la Amazonía venezolana, donde los mineros buscando oro y otros minerales estratégicos como el coltán, con un tremendo frenesí destructor, sin importar el creciente grado de destrucción de este pulmón vegetal considerado el lugar más antiguo de la Tierra, donde abundan especies endémicas, irrepetibles, víctimas de estas actividades que emplean químicos tan terribles como el mercurio.

No a la sobreexplotación de suelos

En la agricultura ocurre lo mismo, especialmente aquella que explota monocultivos, porque es la que más empobrece los suelos. Por lo general, los suelos fértiles están cargados de una gran cantidad de minerales y nutrientes que necesitan las plantas para crecer y multiplicarse.

Pero cuando se cultiva por tiempo indefinido una misma especie tiende a producirse el agotamiento de ciertos minerales que ya no podrán resurgir, por eso siempre son recomendables las asociaciones de cultivos compatibles, los policultivos, para dejar descansar el suelo al ir rotándolos. 

No a la pesca y caza indiscriminada

Conservación de los recursos naturales - No a la pesca y caza indiscriminadaDe igual forma, la pesca y la caza intensiva, indiscriminadas, ocasionan un impacto considerable en las especies, porque la tasa de reposición no marcha a la misma velocidad de la agresión propinada por el hombre, más aun si no se toma en consideración el tamaño de las crías (las más jóvenes).

En estos casos, hay que ser moderados en la búsqueda de alimentos, más aun si se trata de especies amenazadas, porque aunque haya siempre un excedente del cual podemos disponer debido a que las especies en su mayoría son capaces de reproducirse en condiciones normales a una tasa superior a la que su medio es capaz de mantener. 

¿Por qué es importante la conservación de los recursos naturales?

Por qué es importante la conservación de los recursos naturalesLos recursos naturales que sí son renovables, como por ejemplo el viento y la luz solar, son muy bondadosos y se generan en forma independiente de la gestión humana.

Estos son cien por ciento aprovechables para generar energías alternativas que reducen las emisiones no deseadas de gases de efecto invernadero directamente asociados con la explotación de combustibles fósiles como el petróleo, carbón y gas, responsables primordiales del cambio climático.

Entre ambos extremos, hay recursos naturales renovables que aunque no son infinitos, tienen una capacidad de renovación aceptable, como la madera en los bosques de gran potencial forestal, la pesca en todas sus modalidades y el agua dulce de ríos y otros cuerpos de agua, exceptuando reservas subterráneas, así como suelos de vocación agrícola.

Para todos estos recursos, debe planificarse una buena estrategia de conservación y explotación, porque son absolutamente indispensables para que vivamos con alimentos y comodidades.

Caso contrario, se ocasiona un perjuicio serio contra el medioambiente y la economía porque al sobreexplotarlos puede agotarse en forma definitiva el recurso. 

Y es que gracias a actividades de explotación continuada como la agricultura de monocultivos, muy empobrecedora de los suelos fértiles, o la explotación petrolera, el cambio climático y el calentamiento global avanzan con su potente poder destructor sobre los ecosistemas planetarios.

Por eso se hace necesario emprender una gestión ambiental enfocada en un uso racional del territorio y sus riquezas. Tal es el caso de las cuencas hidrográficas que nos generan toda el agua potable para consumo humano y la sostenibilidad de la economía en sus variadas formas de explotación. 

¿Cómo debe ser el uso adecuado de los recursos naturales?

Cómo debe ser el uso adecuado de los recursos naturalesSiempre hay que considerar dos grandes factores a la hora de usar los recursos naturales disponibles en el medioambiente: resistencia e interdependencia.

El primero guarda relación con los recursos agotables, finitos, que no se regeneran. Y el segundo aspecto, el de la interdependencia, guarda relación con el hecho de que estos recursos suelen extraerse a una tasa superior a su capacidad de renovación. 

Por ejemplo, el agua es indispensable para la vida, sin ella el hombre no sobrevive ni el resto de los seres vivos. Por eso es indispensable racionalizar su utilización, con mecanismos de controles, tales como la huella hídrica, que mide el uso directo e indirecto de los consumidores y productores.

Por ejemplo, con este indicador se establece cuánta cantidad de agua ha de usarse para producir un litro de leche (1.000 litros) o para producir algodón (10.000 litros). Este ejercicio nos sirve para calcular en casa lo siguiente:

  1. ¿Cuánto tiempo tardamos en la ducha al bañarnos?
  2. ¿Cuántas veces cerramos la llave del agua al enjabonarnos?
  3. ¿Cuántas veces al día nos lavamos las manos y los dientes?
  4. ¿Cuántas veces al día lavamos los platos?
  5. ¿Cuántas veces por semana usas la lavadora a máxima carga?
  6. ¿Cuántas veces al mes lavas tu automóvil?

Esta tarea nos sirve para calcular el promedio de litros de agua que usamos en cada actividad semanalmente, para que de esta forma podamos reducir el consumo de agua, su despilfarro.

Economía circular sostenible

Así las cosas, se habla de introducir una economía de tipo circular y no lineal, donde se reintroduce el máximo de la materia prima usada en el ciclo productivo para que se conviertan en recursos y que sean aprovechados al máximo la mayor cantidad de desechos.

De esta forma, se limitará la extracción de recursos, especialmente los no renovables. Otra medida que podemos tomar es reducir el modelo consumista de las economías desarrolladas para buscar un punto de equilibrio donde el ahorro energético prive sobre el despilfarro.

Ser moderados en el consumo de bienes y servicios ayuda mucho a prolongar la vida del planeta, actualmente asfixiado por las emisiones indeseadas procedentes de actividades desarrolladas por el hombre en su afán de riqueza y confort. 

¿Qué pasaría si los recursos naturales se agotan?

Qué pasaría si los recursos naturales se agotanCuando los recursos naturales desaparecen, se agotan, entonces el ecosistema entra en desequilibrio, las especies sufren serias dificultades y no pueden sobrevivir. 

El hombre no escapa a esta espiral de destrucción. Este fenómeno, como sabemos, puede ocurrir por eventos catastróficos naturales o por el impacto indeseado de actividades desarrolladas por el hombre.

El Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) ha advertido que los seres humanos estamos destruyendo los recursos naturales disponibles en el planeta a una velocidad tal que en el año 2030 los niveles de vida comenzarán a declinar seriamente en América del Norte, a menos que se tomen medidas urgentes.

EL WWF en este pavoroso informe, precisa que la sobreexplotación de recursos naturales está ocasionando un déficit muy preocupante de un 20% más de lo que se puede regenerar en la naturaleza, porcentaje que no deja de crecer mes a mes, año tras año, en un planeta abundante en recursos, pero limitado a la vez, porque las materias primas no se pueden regenerar de un día para otro.

Urge la aplicación de medidas racionales que reduzcan el excesivo consumo de recursos naturales renovables y no renovables, especialmente por parte de naciones industrializadas y la búsqueda de un equilibrio que permita reducir la brecha con relación a los países más pobres, donde  no hay alimentos ni agua potable que sostenga el crecimiento demográfico.

Esto, necesariamente, va atado a políticas ambientales destinadas a preservar los ecosistemas naturales. El informe de la WWF también señala que el planeta posee alrededor de 11.400 millones de hectáreas de tierra y mar productivas, es decir, que existen 1,9 hectáreas por cada uno de los 6.000 millones de habitantes. 

Pero a nivel mundial, esta cifra se excede sin freno, porque se consumen unas 2,3 hectáreas de recursos naturales por persona. Y se hace en medio de grandes desequilibrios sociales y económicos. 

En otras palabras, el africano y el asiático consumen menos de 1,4 por personas, mientras que el europeo llega a 5 y el norteamericano alcanza un 9,6 y hasta más.

El consumismo está acabando la disponibilidad de materias primas en los bosques naturales, suelos fértiles, el uso de los cuerpos de agua dulce, peces, entre otros.

Peor aún, el hombre vierte sin cortapisas, emisiones no deseadas de anhídrido carbónico en la atmósfera y otros gases letales que pueden causar desequilibrios catastróficos para la humanidad.

¿Qué podemos hacer para que nuestros hijos tengan un ambiente sano, con alimentos y recursos suficientes?

Qué podemos hacer para que nuestros hijos tengan un ambiente sano, con alimentos y recursos suficientesSon muchas las iniciativas que podemos emprender para reducir nuestra huella de carbono en el planeta.

Con ello, contribuiremos decididamente a la preservación de los recursos naturales para que el futuro de nuestros hijos y nietos no tenga un panorama desolador, pobre y desafortunado, con escasez de alimentos y agua, con guerras entre pueblos antes la desaparición de materias primas disponibles en la naturaleza que son indispensables para la supervivencia de la raza humana y de miles de especies vegetales y animales que integran los ecosistemas terrestres y marinos de la Tierra.

Asumir estas simples tareas es altamente positivo para la vida planetaria.

  1. No compres cosas productos suntuarios, innecesarios. No sólo ahorrará dinero, también se suprimirá un proceso de producción donde se invierte energía y materia prima.
  2. No desperdicies la comida.  Piensa en las 7 mil millones de personas en el planeta que también necesitan alimentos, especialmente aquellas que viven en condiciones precarias en África o cualquier otro punto del globo terráqueo. Debemos al menos procurar que los alimentos alcancen para todos. 
  3. Tampoco deseches alimentos ni permita que estos se descompongan. Si te sobran, dónalos a organizaciones caritativas.
  4. No arrojes basura a la calle, a los ríos ni al mar. La conciencia ecológica es imprescindible practicarla junto a nuestros hijos, desde el buen ejemplo. 
  5. Instaura en casa la cultura del reciclaje. Separa la basura y enseña a tus hijos a hacerlo, para aprender también a reusar aquellos objetos que puedan tener una segunda vida útil. Enséñales a usar los contenedores o pipotes de reciclaje, para que sepan qué va en cada cubo y por qué es así.
  6. Elimina la utilización de todo tipo de pesticidas y productos químicos en el jardín o en plantas de interior. Son mejores los productos orgánicos, naturales para exterminar plagas. 
  7. No permitas, en caso de que sea inevitable el uso de químicos, que vayan a parar cuerpos de agua naturales porque las aguas contaminadas causan gran daño a la salud de animales y personas. 
  8. Mejor planta un árbol, cuida tus plantas y cultiva vegetales en tu propia huerta. 
  9. Aprovecha todos los desechos orgánicos, los restos de comida como composta. Son excelentes para mejorar la calidad de terreno desechos como cáscaras de frutas, de patatas y otros desechos alimentarios.
  10. Racionaliza el uso de los aparatos eléctricos, desconecta cuando no estés usando las luces, la televisión, las computadoras, las impresoras, entre otros como cargadores, licuadoras, horno microondas y otros que siguen consumiendo energía en modo standby.  
  11. Es mejor usar temporizadores para administrar el tiempo de encendido y apagado de lámparas.
  12.  Seca toda la ropa que puedas dejándola secar al sol, porque las secadoras son grandes consumidoras de energía.  
  13. Acostumbra a toda la familia, incluidos tus hijos, a tomar duchas cortas donde no se derroche el agua. Enseña a todos que cuando estamos en plena fase de enjabonamiento del cuerpo, la ducha se cierra para evitar que el agua sea derrochada.
  14. Igual, ocurre cuando necesitamos lavarnos manos y dientes. Hay que saber administrar el uso del agua potable.
  15. Desecha el uso de plásticos, en todas sus formas. Usa solamente productos de envases plásticos imposibles de prescindir, como el de medicinas.  Elimina vasos y platos desechables, así como bolsas de plástico que generan mucha basura y son dañinas para los animales y los ecosistemas en general, especialmente los marinos y acuáticos.  Es preferible que uses botellas reutilizables y lleve bolsas de telas al supermercado.
  16. Usa siempre que puedas, pilas recargables, no las desechables; el ácido de las baterías desechadas es nocivo para la Tierra. Y no deseches por tu cuenta equipos electrónicos dañados como computadoras y teléfonos inteligentes. Debes llevarlos a los centros de reciclaje para reducir el impacto ambiental que producen.
  17. Establece con tus compañeros de trabajo y amigos, un cronograma conjunto para usar el coche como medio diario de transporte. Es una excelente medida de ahorro de gasolina y dinero, pero sobretodo de reducción de los índices de contaminación ambiental.
  18. Usa más la bicicleta y menos el coche, cuando necesites hacer recorridos cortos. La salud se fortalecerá y la naturaleza lo sabrá agradecer con abundancia de recursos naturales.  
  19. Integra junto a tus hijos, un club ambientalista en tu comunidad, o mejor aún, participa con ellos en alguna organización ambiental reconocida por su labor altruista, donde se realicen jornadas educativas de concientización acerca del respeto y protección de la naturaleza. 
Teresa Vaz Ferra

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