Contenido del artículo:
¿Qué es el calentamiento global?
Este nuevo calor recoge también la humedad de los océanos y se concentra en uno u otro lugar, ocasionando fenómenos meteorológicos de efectos devastadores progresivos.
¿Cuáles son las causas del calentamiento global?
Cada vez son más evidentes los cambios generados por el aumento de la concentración de gases de efecto invernadero en la atmósfera, que retienen el calor en vez de dispersarlo hacia el espacio, incrementando la temperatura global del planeta.
Los gases de efecto invernadero permiten que pase la luz, pero mantienen el calor, tal y como ocurre con las paredes de cristal de un invernadero.
La luz solar que brilla en la superficie terrestre es absorbida, y posteriormente vuelve a la atmósfera en forma de calor, donde estos gases retienen parte de este calor. El resto escapa al espacio. Mientras más GEI estén activos, mayor será el calor retenido.
Este efecto se ha venido estudiando por la comunidad científica mundial, desde el año 1824, cuando Joseph Fourier calculó que sin atmósfera la Tierra sería muy gélida, en aproximadamente 60 grados Fahrenheit más fría.
Pero el químico suizo Svante Arrhenius, en el año 1895, fue quien descubrió que el efecto invernadero estaba siendo aumentado por el ser humano, con la producción del gas invernadero.
A lo largo de la historia de la Tierra, desde hace miles de años, los gases de efecto invernadero concentrados en la atmósfera en forma natural, han aumentado y descendido de manera constante, manteniendo las temperaturas globales igualmente constantes hasta épocas recientes.
Sin embargo, a través de los procesos de combustión de combustibles fósiles y otras emisiones GEI, los seres humanos han logrado exacerbar este efecto sobrecalentando cada vez más al planeta.
Lamentablemente, la actividad industrial iniciada por el ser humano a mediados del siglo XVIII, con el nacimiento en Gran Bretaña de la Revolución Industrial y la necesidad de generar energía para mover los motores a combustión a partir de fuentes primarias muy contaminantes como los combustibles de origen fósil, han introducido una peligrosa y cada vez más creciente emisión de gases de efecto invernadero.
Especialmente el dióxido de carbono, cuyo excedente anual derivado de la actividad productiva industrial, especialmente aquella que usa tecnologías obsoletas (por ejemplo, en centrales de carbón) alcanza unos 2.500 millones de toneladas anuales de CO2 que se expulsan al ambiente.
Otro grave error del hombre en su empeño por mejorar sus condiciones de vida, radica en la contradictoria práctica de desforestar bosques enteros para obtener madera y celulosa, destruyendo grandes extensiones de árboles capaces de absorber el dióxido de carbono atmosférico durante el milagroso proceso de fotosíntesis que nos regala oxígeno a todos los seres vivos del planeta.
En conclusión, ha sido el ser humano el principal causante del calentamiento global que amenaza con extinguir la vida tal y como la conocemos en el planeta.
¿Cuáles son las consecuencias del calentamiento global?
Las actuales concentraciones de estos gases, en franco progreso, han ocasionado el derretimiento paulatino de las capas de hielo que aun permanecen en la Tierra, localizadas en Groenlandia y la Antártida, por lo que este excedente de agua podría incrementar el nivel del mar en forma considerable, o más bien pavorosa, ya que este exceso de agua puede traer consigo inundaciones catastróficas.
Del mismo modo, si también se elevan los niveles de mercurio, el clima cambia de forma sorpresiva, con condiciones meteorológicas extremas que desencadenarán tormentas mayores, mucho mas intensas, seguidas de períodos de sequía igualmente extremos, con afectaciones serias en cultivos y animales.
Estos cambios cada vez son más acelerados, según estadísticas del Grupo Intergubernamental para el Cambio Climático (IPCC) dependiente de Naciones Unidas, organización que ha venido alertando en sus informes acerca de las variaciones del clima y sus efectos sobre el planeta.
Entre 1995 y 2006, el IPCC registró los 11 años más calurosos, aunque el récord mayor hasta ahora fue alcanzado en el 2015, el más caliente en los últimos 135 años, desde que arrancaron estas mediciones en el año de 1880, según datos aportados adicionalmente por la NASA en su informe anual y la Administración Natural y Atmosférica de Estados Unidos.
La mayor parte del calentamiento global se ha producido en los últimos 35 años, fenómeno que ha estado estrechamente vinculado a la emisión de gases de efecto invernadero a la atmósfera que han calentado la superficie terrestre y oceánica en unos 0,9 Celsius, muy por encima del promedio del siglo XX, alcanzando los 13,9 grados centígrados.
Por su parte, la Organización Meteorológica Mundial (OMM) confirmó que los años 2015, 2016 y 2017 han sido los más cálidos jamás registrados y en el año 2018 la temperatura media de la superficie terrestre superó en 1,1°C la temperatura de la era preindustrial.
Paralelamente, las cálidas temperaturas en 2017 produjeron fenómenos extremos en muchos países, con desastres meteorológicos y climáticos costosos que ralentizan las economías, a consecuencia de ciclones, huracanes, tormentas tropicales, crecidas, inundaciones y sequías que dañan cultivos y suelos.
El año 2018 no se ha quedado atrás. Los pronósticos del Servicio Meteorológico Nacional del Reino Unido (Met Office) se cumplieron, ubicándolo como el cuarto año más cálido desde 1850.
El protocolo de Kioto y El Acuerdo de París, celebrado en diciembre de 2015, orientó sus esfuerzos hacia la contención del calentamiento global, especialmente de los países más industrializados del planeta, quienes se comprometieron a tomar acciones dirigidas a mantener la temperatura media mundial muy por debajo de 2°C, con respecto a los niveles preindustriales anteriores a 2010, e incluso, de ser posible, limitar ese incremento de la temperatura a 1,5°C, pero la realidad es que esto todavía no ha sido posible lograrlo.
En resumen, las consecuencias más notables del calentamiento global son las siguientes:
Incremento en lluvias e inundaciones
Las temperaturas cada vez más elevadas generan lluvias abundantes, con descargas intensas que ocasionan inundaciones atípicas que arrasan todo a su paso.
Propagación de enfermedades
La malaria o el dengue se disparan con temperaturas elevadas qué también multiplican epidemias.
Deshielo glacial
Con el aumento de las temperaturas oceánicas, el hielo polar se derrite y los mares aumentan su nivel, fenómeno que amenaza a las localidades costeras, así como la flora y la fauna.
Cambios en los ecosistemas
También las temperaturas elevadas del planeta introducen cambios en las estaciones climáticas, con incidencia negativa en los ecosistemas, que deben soportar huracanes, ciclones, lluvias torrenciales que dejan inundaciones o sequías prolongadas que alteran los hábitats naturales.
Extinción de especies animales y vegetales
Muchos animales y plantas no logran adaptarse a estos cambios bruscos de temperatura, como es el caso de los osos polares, en peligro cierto de extinción.
¿Cómo se puede evitar o reducir?
Con apoyo en políticas públicas que promuevan la defensa del medioambiente, la preservación de especies animales y vegetales, así como el control de emisiones en fábricas e industrias y la sustitución de energías primarias fósiles por renovables que también ofrecen muy buenos rendimientos hoy día con ayuda de progresos tecnológicos que también han logrado abaratar costes y reducir riesgos de impacto en los ecosistemas.
Pero la defensa de la Tierra, la casa de todos, es una tarea escolar obligatoria donde debemos sacar las mejores notas.
Estas sencillas medidas ayudarán, sin duda alguna, a prolongar la vida en el planeta:
Energía doméstica
Una buena medida es desconectar totalmente los electrodomésticos, tras su uso diario, en vez de dejarlo en modo “stand by”. Esto aplica igualmente para equipos electrónicos como monitores de computación, TV de pantallas LED, tablets y teléfonos móviles, entre otros equipos modernos.
Uso de medios de transporte
Fomentar el uso continuo de colectivos, para reducir la conducción de automóviles en forma individualizada, ayuda a disminuir los niveles de contaminación ambiental por las emisiones de dióxido de carbono que expulsan los motores a combustión. Y si se puede usar una bicicleta para hacer diligencias puntuales o ejercitarse, tanto mejor.
Manejo de residuos
Nada es más inteligente que echar mano del reciclaje para reducir, por ejemplo, el impacto negativo de los plásticos sobre el medioambiente.
Reciclar la basura siempre que se pueda, arrimando los desperdicios como cartones, papel, plástico y vidrio a empresas recuperadoras especializadas en reciclaje, es una buena iniciativa a favor del planeta.
Ahorro del agua
Es imprescindible reducir el consumo del agua en casa, el recurso natural más valioso del planeta, evitando su despilfarro simplemente con medidas como la corrección de fugas y botes indeseados.
El riego por goteo es jardines es otra buena medida de ahorro.
Conservación de espacios naturales
Promover el cuidado de parques, jardines y espacios verdes comunes públicos, es tarea de todos. Pertenecer a brigadas ecológicas en tu barrio o urbanización es una forma ideal de fomentar una verdadera consciencia ecológica y una bella forma de integrar a la familia toda en actividades de siembra de árboles y cuidado de flores, que agradecerá todo el mundo.
Uso de energías renovables en casa
Nada perjudicial para la economía familiar, sería la adopción de energías alternativas a las de origen fósil para iluminar nuestros ambientes hogareños. Los paneles fotovoltaicos son cada vez más accesibles al bolsillo y de mejor rendimiento y eficiencia. Pero si piensas mudarte o comprar una nueva vivienda, es conveniente sugerir su construcción con materiales aislantes térmicos para ahorrar gastos en sistemas de calefacción y en sistemas de aire acondicionado.
Productos químicos
Limitar la utilización de productos químicos en casa y mejor apostar por los biodegradables en la limpieza del hogar y el lavado de ropas, para evitar impactos indeseados en las aguas y los suelos.
Educación ambiental
Fomentar una cultura ecológica desde la edad escolar en nuestros hijos es fundamental para salvar al planeta de la destrucción. Exigir a docentes y autoridades locales, municipales y nacionales programas de educación ambiental es menester en estos aciagos tiempos de contaminación atmosférica.
¿Qué relación tiene con el efecto invernadero?
Estos gases, que retienen la radiación solar en forma indebida por culpa de mayores concentraciones en la atmósfera, terminan incrementando la temperatura media del planeta.
¿Qué relación tiene con la atmósfera?
La atmósfera, esa densa capa que desde hace millones de años rodea al planeta Tierra y que permite la existencia de la vida tal y como la conocemos, está conformada por una mezcla de diversos gases que envuelven a todo el planeta.
La mayor parte de estos se concentran en una zona denominada homosfera, que va desde el suelo hasta alcanzar unos 80 a 100 kilómetros de altura. Justamente en esta capa, se concentra alrededor del 99,9% de la masa total de la atmósfera.
Allí ocurre el fenómeno del efecto invernadero, donde gases diversos retienen una parte de la radiación solar para calentar el planeta de forma natural, pero cuando sus concentraciones se alteran y suben, por la acción indebida de los seres humanos, terminan incrementando la temperatura media o global del planeta, con las consabidas consecuencias desastrosas que se han venido acentuando en diversas regiones del planeta.
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