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¿Qué es la contaminación de plásticos?
No fue sino hasta mediados del siglo XX, cuando el plástico, un derivado del petróleo con muchas aplicaciones en la vida cotidiana de los seres humanos, comenzó a inundar el mercado mundial, pese a que medio siglo antes ya se le había inventado.
Por eso se le ve en todas partes, en distintas presentaciones.
¿Pero cuáles son las materias primas usadas en la fabricación de plásticos?
Pues también se usan materiales de origen orgánico como la celulosa, la sal, gas natural, el carbón y el petróleo.
Proviene de la voz griega plastikos, cuyo significado es plástico, porque tiene mucha plasticidad, es maleable, amoldable, lo cual permite que se funda o se prense durante su fabricación en distintos productos como láminas, cajas, botellas, tubos, entre muchos otros de variada gama de usos.
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¿Por qué se produce el plástico?
Tras aceptar la oferta de un fabricante de Nueva York que públicamente ofreció una recompensa de diez mil dólares a quien se atreviera a producir peines, bolas de billar, teclas de piano y cuanto se le ocurriera, con un material distinto al marfil que se extraía tras sacrificar cientos de miles elefantes en África, según cuenta Susan Freinkel, en su libro Plástico: un idilio tóxico, altamente recomendado.
A comienzos del siglo XX, los plásticos consiguieron otro padre creador: el petróleo, que ya se había ganado la fama de ser la mejor fuente de energía barata.
Así que la química dio en el clavo cuando el etileno, un gas que salía por las chimeneas de las refinerías, sirvió para producir una serie de polímeros como el polietileno, el tereftalato y otros con grandes posibilidades de ayudar en la fabricación de productos en serie, sin necesidad de apelar a materias primas naturales como la celulosa.
El furor de su irrupción en el mundo moderno fue tan grande, que surgió toda una generación cuyo slogan “La vida de usar y tirar” identificaba el uso del plástico desechable o de un solo uso, en Estados Unidos y otras economías de alto consumo, expresión que implicó la reducción de trabajo en el hogar.
Ciertamente, los plásticos han ayudado a la consolidación de industrias como las fábricas de aviones. El fuselaje, por ejemplo, se rellena con plástico reforzado con fibra de carbono, a fin de que sea más liviano, antes de que se instalen los componentes electrónicos.
O las muy diversas piezas y aplicaciones del plástico en la industria automovilística. Y han ayudado igualmente a higienizar la vida con empaques prácticos sellados herméticamente para guardar, preservar y comercializar alimentos.
E incluso en la carrera espacial, el plástico también ha dado grandes contribuciones para mejorar la eficiencia energética en los vuelos al espacio exterior.
Pero el problema de su disposición y/o eliminación por parte del ser humano ha sido pésimo, de muy dañino impacto para el medioambiente, porque estos materiales pueden demorar hasta 450 años o más en reducirse a una sola molécula.
Más aun, los geólogos han identificado una roca denominada el plastiglomerado, compuesta por desechos plásticos que se van fundiendo con arena, rocas, conchas, corales hasta forma una pelota de gran dureza.
Toda esta industria en torno al plástico derivada de un combustible fósil tan contaminante como el petróleo (sometido a altísimas temperaturas en la industria petroquímica) ha producido más de ocho mil toneladas de este material, de los cuales al menos 5.700 millones jamás fueron sometidos a proceso alguno de reciclaje.
Según se desprende de un estudio científico realizado en el año 2015 en el Universidad de Georgia, Estados Unidos, encabezado por la profesora Jenna Jambeck, quien determinó que entre 4,8 a 12,7 millones de toneladas han terminado en el mar por efecto del arrastre de los vientos, o porque sencillamente. En Asia, por ejemplo, son expertos en lanzar todo tipo de plásticos a la orilla del mar.
¿Qué países producen más plástico?
La profesora Jambeck, en su estudio, igualmente concluyó que estos cinco países son los mayores productores de plástico: China, Indonesia, Filipinas, Vietnam y Sri Lanka, son los productores de la mitad de la basura plástica mal gestionada de todo el planeta.
La producción de plásticos de todo tipo, lejos de disminuir, h a aumentado vertiginosamente en las últimas seis o siete décadas, al punto que hoy día se producen anualmente más de 400 millones de envases de todo tipo, de los cuales el 40% se desechan en un abrir y cerrar de ojos.
No son reciclables y van a parar a vertederos donde no se degradan, o a ríos y mares del mundo.
¿Cómo afecta la contaminación de plásticos a los seres vivos y al medio ambiente?
Son cada vez más comunes las imágenes de tortugas marinas deformadas por el aro plástico tipo “pack” de las latas de gaseosas; o animales estrangulados por redes de nylon para pesca olvidadas en alguna bonita playa.
También hay animales que se tragan trozos de plástico que obstruyen sus tráqueas, impidiéndoles consumir alimentos verdaderos, por lo que mueren desnutridos o asfixiados.
El microplástico: El asesino invisible
Hay casos donde esos daños no son visibles al ojo humano.
Y se asocian con un material denominado microplástico, que son aquellos fragmentos plásticos cuyas dimensiones no rebasan los cinco milímetros y que van a parar a los intestinos de animales marinos microscópicos como el zooplancton, hasta ballenas de varias toneladas de peso.
Esos microplásticos no aparecen por generación espontánea. Claro que no.
El ecólogo Richard Thompson, adscrito a la Estación Marina de la Universidad de Plymouth, en Coxside, al sudoeste de Inglaterra, determinó que parte del plástico no se deshace por acción del fuerte oleaje y la radiación solar, sino porque unos minúsculos crustáceos parecidos a las gambas, de la especie Orchestia gammarellus devoran trozos y más trozos de bolsas plásticas.
Para tener una idea del asunto de los microplásticos, no exagerada por cierto, estos seres marinos pueden fragmentar una sola bolsa plástica en unos 1,75 millones de pedacitos microscópicos, todo para comerse los restos microbianos pegados al material flotante, según relató este científico en una entrevista que le realizó la periodista Laura Parker en junio de año 2019, para la National Geographic.
Aunque esta científica pudo analizar los intestinos de distintas especies de animales marinos, tan solo para comprobar que efectivamente engullen estos microplásticos, también es cierto que no se han detectado restos del mismo material transferidos a la carne.
Sin embargo, según se desprende de un informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (la FAO) no es significativamente grande, hasta ahora, el riesgo por el consumo de productos pesqueros y la acuicultura, contaminados por los llamados microplásticos.
Pero el impacto de la contaminación de plásticos sobre los ecosistemas marinos, acuáticos y terrestres es un problema grave.
Muchos de sus fragmentos se componen de aditivos químicos o sustancias tóxicas que gradualmente se van liberando al medioambiente, afectando suelos y aguas dulces y saladas.
Otra investigación francamente sorprendente fue realizada en la Universidad de Reading, Reino Unido, donde se descubrió que el plástico en realidad ha logrado contaminar todos los ecosistemas.
A partir de una investigación sobre mosquitos, se determinó que el microplástico puede escapar de las aguas contaminadas a través de insectos voladores, amenazando a otras especies que comen estos insectos.
En uno de los experimentos, los científicos dieron de comer microplásticos a larvas de mosquitos, consiguiendo que cuando mutaron a adultos voladores el nivel de contaminación permanecía intacto.
Otra investigación arrojó que la mitad de las llamadas larvas de mosca de mayo y tricópteros en los ríos de Gales, también estaban contaminados por microplásticos.
Así que más te vale pensarlo bien y elimina al menos el consumo de plásticos desechables y de bolsas plásticas.
¿Cómo afecta a las personas?
Los plásticos que entran en contacto con alimentos, pueden contaminarlos.
Aditivos tóxicos como el bisfenol A, es el potente disruptor endocrino que la OMS tiene en la mira, porque contamina, en un 90%, la sangre de todos por igual, niños, jóvenes, adultos y ancianos.
Del mismo modo, varias organizaciones ecologistas y de carácter científico ya han pedido que sean declarados los plásticos como materiales peligrosos que no pueden ser desechados libremente.
Toda una bomba de tiempo para el planeta.
¿Qué medidas podemos tomar para reducir la contaminación de plásticos?
Expertos en el área, insisten en que no es sostenible el reciclaje de los plásticos, no solo por el impresionante consumo mundial, estimado en un millón de envases plásticos usados cada minuto a nivel global, según un estudio difundido por The Guardian.
El reciclaje de plástico: Una opción no tan buena
Es que en realidad el reciclaje de plástico no es tan efectivo como se cree, pues apenas se puede aprovechar un 7% de la composición de los envases de plástico en la actualidad, para reciclar y producir nueva materia prima.
El resto es decir, casi la totalidad, son agentes contaminantes que se convierten en basura que inunda ríos y océanos.
O lo que es peor, muchos de los desechos plásticos recogidos para reciclar, en realidad son llevados a países pobres para ser incinerados o convertidos en objetos nuevos que no se volverá a reciclar.
También son arrojados a vertederos donde se acumulan junto a restos de materia orgánica, produciendo nuevas reacciones químicas donde se producen y liberan grandes cantidades de metano, unos de los gases de efecto invernadero causante del calentamiento global.
Existen iniciativas empresariales cuyo principal objetivo es reutilizar y adaptar el empaquetado de diferentes productos con alternativas al plástico. Por ejemplo, SelfPackaging es una alternativa al packaging de plástico ya que está hecha con cartón y dispone de cajas de cartón fabricadas con cartón 100% reciclado. Además es una empresa muy comprometida con el medio ambiente, ya que dispone de producción local y todos sus proveedores son de cercanía.
La mejor opción: ¿Dejar de consumir plástico?
La más importante medida consciente y responsable, consiste en no consumir plásticos desechables , de vida útil reducida a escasos minutos de uso. Eso no tiene sentido.
Asimismo, se ha comprobados que los llamados plásticos ecológicos no son tan ecológicos como nos quieren hacer creer, porque siempre contienen aditivos químicos para resaltar su maleabilidad.
Nos corresponde, en consecuencia, asumir algunas opciones apegadas al sentido común, al instinto de supervivencia. Toca entonces:
- Reducir al máximo el uso de plásticos en el hogar, sobre todo de tipo desechables.
- Mejorar los procesos de reciclaje, a nivel individual e industrial y eliminar la práctica de la incineración de plásticos.
- Asumir con creatividad fórmulas de reutilización de envases plásticos en casa que pueden tener una segunda vida útil de larga data.
- Participar en iniciativas de corte ecológico en la comunidad e involucrar a toda la familia en actividades de saneamiento de playas y ríos y enviar mensajes en las redes sociales donde se invite al respeto del medioambiente y la supresión del consumo inútil y excesivo de plásticos en todas sus presentaciones.
Me gusta colaborar con esta página porque desde bien joven me ha encantado el funcionamiento de la naturaleza y la biología. Tenía claro que quería estudiar algo relacionado con estos temas y por eso me acabé decidiendo por Biología.
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