Cueva de Altamira: [Concepto, Ubicación, Descubrimiento e Importancia]

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¿Qué es la cueva de Altamira?

Qué es la cueva de AltamiraLa cueva de Altamira es un reservorio natural que preserva una muestra importante de la pintura rupestre prehistórica, declarado en el año 1985 como Patrimonio mundial de la Humanidad por la Unesco, junto al llamado Arte Rupestre Paleolítico de la Cornisa Cantábrica, debido a su invaluable riqueza cultural.

La cueva exhibe grabados de animales y signos ilegibles, a lo largo de 270 kilómetros de extensión pintados sobre rocas frías, en una clara intención de dejar un testimonio imborrable del sentir y pensar del hombre de la prehistoria. 

Destaca la imagen pintada de un bisonte macho erguido, o de caballos y otros animales representados con un asombroso nivel de detalle.

¿Dónde podemos encontrarla?

La cueva de Altamira está localizada en el municipio español de Santillana del Mar, en la región de Cantabria, localizada a unos dos kilómetros de la zona urbana, en medio de un prado que le dio origen a su nombre. Se la considera la capilla Sixtina del Arte rupestre.

¿Cuándo se descubrió la cueva de Altamira?

Cuándo se descubrió la cueva de AltamiraFue descubierta en el año 1868 por Modesto Cubillas Pérez, un tejero de origen asturiano, quien descubrió este fantástico lugar de forma casual, mientras realizaba trabajos de poda de árboles en una finca perteneciente a Marcelino Sanz de Sautuola, un naturalista también de origen español  considerado el descubridor científico de la Cueva de Altamira.

Cubillas descubrió el lugar después de que uno de sus perros se adentrara en la cueva. Consciente del entusiasta interés de Sanz de Sautuola por el mundo arqueológico, le avisó de su curioso descubrimiento.

Existe una anécdota muy ilustrativa de la cueva de Altamira que involucra a Sanz de Sautuola y su hija de apenas 8 años, recogida en la enciclopedia virtual Wikipedia.

El entusiasta naturalista, quien visitó por vez primera la cueva con fines científicos en 1875, había hecho una nueva visita expedicionaria en el verano de 1879, incursión que resultó clave para sus conclusiones expuestas en el documento Breves apuntes sobre algunos objetos prehistóricos de la provincia de Santander.

Y es que la niña miró hacia el techo del legendario lugar y exclamó: “¡Mira, papá! ¡Bueyes pintados! Así las cosas, el descubrimiento que hizo la niña de nombre María Justina en una de las salas laterales, pasaría junto con ella a la historia.

¿Por qué es importante la cueva de Altamira?

Qué implica para el arte rupestre la cueva de AltamiraLas expresiones pictóricas de la Cueva de Altamira son una muestra importantísima de gran valor para el estudio del Arte en el Paleolítico, dada la enorme riqueza de la muestra preservada entre sus muros abovedados. 

Gracias a la aplicación de técnicas de gran precisión científica, se estableció que estas pinturas de animales y grabados de signos misteriosos, proceden de un intervalo que data entre 11.000 y 19.000 años de antigüedad. 

Durante mucho tiempo, el histórico hallazgo de la Cueva de Altamira fue desdeñado por integrantes de organizaciones muy reputadas en España, como la Sociedad de Historia Natural y la llamada Institución de Libre Enseñanza, entes que consideraron falsas las expresiones pictóricas, porque más bien creían pertenecientes las pinturas a época más recientes asociadas con las incursiones de soldados romanos durante las guerras que azotaron la región de Cantabria.

¿Sabías qué...?
Fueron dos los más acérrimos enemigos de la tesis de Sautuola sobre la pintura rupestre de la Cueva de Altamira: los expertos en Prehistoria Gabriel de Mortillet y Cartailhac, quienes dudaron de la autenticidad de los grabados e incluso sugirieron, junto a otros analistas, que se trataba de una estafa histórica, ya que era imposible que se conservaran con tanta nitidez los trazos y la técnica  de pinturas supuestamente realizada en la prehistoria, evidencias  mostradas en un congreso internacional celebrado en Lisboa, Portugal, en 1880, por el propio Sanz de Sautuola.

Fue uno de los asistentes de Cartailhac, E. Herlé, quien supuestamente determinó en un informe publicado en el año 1881 que las pinturas no eran rupestres, sino modernas. Esto se convirtió en santa palabra durante mucho tiempo.

Este incidente llevó a que durante más de dos décadas la Cueva de Altamira fuera enterrada en el olvido científico, hasta que se produjeron hallazgos de pintura rupestres muy similares en otra regiones de Europa, como los grabados de La Mouthe, en Francia, en 1895 junto a otras manifestaciones de este arte ancestral parietal bajo la mirada de Henri Breuil, quien al publicar sus resultados en 1902, estableció entonces en un informe publicado bajo el auspicio del Congreso de la Association Française pour l’Avancement des Sciences, que el descubrimiento de la Cueva de Altamira tenía una autenticidad irrefutable.

Eso obligó después, en 1902, a un mea culpa hecho por Cartailhac, quien hizo pública su equivocación y envió sus respetos a través de sus familiares, al naturalista cántabro-español, quien ya había fallecido.

¿Qué implica para el arte rupestre la cueva de Altamira?

Por qué es importante la cueva de AltamiraLa Cueva de Altamira preserva una muestra cultural sorprendente que revela la notable evolución del arte prehistórico del Homo Sapiens, en la era Paleolítica superior.

Se dice que hace alrededor de 13.000 años atrás, la cueva sufrió un desprendimiento mágico que taponó la entrada y creó un microclima idóneo que permitió conservar las pinturas.

Imágenes perfectamente delineadas de bisontes, caballos, ciervos y manos, así como una serie de signos ilegibles que retratan el sentir artístico y la creatividad humana en tiempos ancestrales.

Fue el primer gran descubrimiento de esta manera de comunicarse del hombre en la prehistoria, a través de grabados que retrataron un momento histórico que quedó congelado en el techo y paredes de piedra de esta famosa cueva que hoy día es un gran  centro de atracción turística mundial.

Tan grande es su importancia para el arte prehistórico, que en el año 2008 fue ampliada la denominación de Patrimonio de la Humanidad declarada por la Unesco en 1985, al asignársele el título de “Cueva de Altamira y arte rupestre paleolítico del norte de España”. 

La comunidad científica mundial ha analizado durante décadas las expresiones pictóricas de la Cueva de Altamira, estableciéndose que los primeros humanos de la Tierra ya usaban técnicas de pintura en gran formato, conocían la tridimensionalidad, el naturalismo, la abstracción y el simbolismo expresado en las pinturas con apoyo en signos y símbolos comunicacionales grabados en las paredes y techos de los distintos pasadizos de la gruta rocosa.

Uno de los aspectos más llamativos es la policromía, el uso del color en los frescos, con varios tonos en trazos mayoritariamente negros, en carbón. Luego se rellenaron con pintura amarillenta o rojiza. La mayoría de los frescos tienen líneas negras realizadas con carbón. 

Asimismo, los dibujos permiten colegir cuáles herramientas fueron usadas por los artistas rupestres en su realización, como colorantes, buriles y hasta aerógrafos. Algunos signos en trazo negro, llamados “tectiformes” sugieren la idea de que se estaba retratando trampas para animales y cercados usados por los hombres del Paleolítico. 

Precisamente, la Cueva tiene una Sala llamada Polícromos donde el espectador puede maravillarse con la mayor representación de dibujos de todo este museo natural rupestre que retrata los animales de la época paleolítica que convivían, servían y combatían al hombre. 

Impacta mucho en esta sección de la Cueva una sierva de más de dos metros de longitud, congelada entre las frías piedras que congelaron el pensamiento del hombre prehistórico, para bien de la Humanidad.

Teresa Vaz Ferra

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