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¿Qué son las especies invasoras?
Ocasionan desequilibrios importantes en el ecosistema, porque reducen o desplazan a las especies nativas, incapacitadas para competir con estos seres tan agresivos en su comportamiento, por lo que se reducen, o en el peor de los casos mueren o se extinguen por completo, ya que no evolucionaron en igualdad de condiciones.
Pueden introducirse en un ecosistema extraño de forma accidental, artificial o intencionadamente por el ser humano.
Características de las especies invasoras
- Pueden pertenecer a diferentes reinos de la naturaleza. Es decir, pueden ser animales, plantas, peces, moluscos, etc…
- Debido a su propia naturaleza o a su adaptación al nuevo medio, se reproducen a mucha velocidad y de forma abundante.
- Suelen colonizar, apartar o eliminar a otras especies, lo que supone un serio riesgo para el ecosistema que están invadiendo.
- Pueden ser introducidas por el ser humano o de forma natural invadir un nuevo ecosistema.
¿Por qué pueden ser peligrosas en un ecosistema determinado?
Estas especies exóticas son también contribuyentes directas del peligro de extinción que amenaza a más de un millón de especies a nivel mundial, según datos publicados en mayo 2019, en el Informe de la Plataforma Intergubernamental sobre la Biodiversidad y los Servicios Ecosistémicos (IPBES).
Cooperan entonces, aunque en menor medida, a la pérdida de biodiversidad fundamentalmente ocasionada por culpa de la actividad industrial desarrollada por los humanos, en el obsesivo afán de producir energía a partir de combustibles fósiles de letal impacto medioambiental.
Y para colmo de males, la Organización de Naciones Unidas (ONU) reporta en sus registros acumulativos desde 1980, que estas especies exóticas negativas han crecido en un 40% y las ubica como la segunda causa directa de la pérdida de biodiversidad.
Y existen cifras que cuantifican los daños en toda la Unión Europea provocados por estas plagas, en unos 12 mil millones de euros al año, porque infestan cultivos y todo cuanto se les atraviese.
Este impacto económico se traduce en el daño que ocasionan a las cosechas, al negocio de la ganadería, centros pesqueros e inclusive a infraestructuras urbanas. Eso sin contar con los costes asociados a los procedimientos, técnicas y materiales que deben usarse para erradicarlas.
Los gastos se reproducen de forma alarmante y a penas tienen depredadores. Son capaces de acercarse al ser humano para obtener alimento, pero también son cazadores letales, ante presas más pequeñas, como pájaros, conejos y otros roedores…
Por ello, desde muchos ayuntamientos y zonas se informa de que es ideal castrar a estos felinos.
Roedores e insectos: nocivas para la salud
Del mismo modo, otro efecto de tipo colateral que ocasionan a mediano y largo plazo, ocurre cuando se usan pesticidas para controlar o exterminar a estas especies invasoras, después de que se apoderan de sembradíos o cultivos en la agricultura de extensión, porque estos químicos contaminan lo suelos y las aguas.
Es por ello que se han implementado diversas medidas desde los gobiernos y Estados que integran la Unión Europea, en su condición de miembro activo del Convenio sobre Diversidad Biológica, donde se estipula la necesidad de ejercer un control férreo sobre las especies exóticas invasoras causantes de daños en los ecosistemas, hábitats y resto de las especies.
¿Cómo llegan y se instalan las especies invasoras?
La ONU ha advertido que cada vez más rápidamente estos exóticos seres colonizan o invaden ecosistemas y hábitats enteros.
Este salto multiplicador ocurre gracias a la creciente actividad comercial globalizada y el incremento en los viajes turísticos y de negocios por vía marítima o aérea, por lo que son muchos los organismos que han logrado movilizarse en forma accidental de un continente a otro con suma facilidad gracias a estos medios de transporte.
Este fenómeno se ha sumado a las consecuencias nefastas del cambio climático sobre los ecosistemas en general.
Preocupa que estas especies exóticas cada vez se mueven mejor por el mundo, hasta el punto que también han generado un impacto económico negativo en la industria pesquera, o en cultivos forestales, así como infraestructuras diversas.
Inclusive, en su comportamiento colonizador pueden reducir hasta la disponibilidad de agua.
Cuando llegan por el ser humano
Otra manera de introducirse en un ecosistema extraño, se produce por la mano del ser humano con el fin de desarrollar actividades como la caza o la pesca, la horticultura, jardinería, mejoras, de suelo y producción de alimentos, explotación maderera y hasta uso de especies exóticas como mascotas.
Después de adaptarse al nuevo hábitat; se expanden de forma arrolladora, afectando sobremanera el ecosistema imperante.
¿Cómo se propagan este tipo de especies en un ecosistema?
Y si no se detiene con rapidez puede causar estragos en la infraestructura pesquera y en los sistemas de refrigeración de plantas nucleares, siempre cercanas al mar.
Este caso ilustra muy bien el poder colonizador de algunas especies exóticas invasoras, tanto animales como vegetales, quienes siempre estarán dispuestos a reproducirse velozmente hasta afectar la cadena trófica, expandiéndose de tal manera que terminan por arrinconar a las autóctonas, muchas veces incapaces de afrontar este cambio súbito en su hábitat.
Del mismo modo, existen especies que se propagan por sus propios medios si han logrado minar países limítrofes, como la temida avispa asiática, que invadió una gran extensión de Francia en el año 2004 y después llegó hasta el País Vasco y ya hace nidos por miles en Cataluña.
Daña la apicultura y acorrala y se alimenta de la abeja, una importante polinizadora natural, perjudicando el panorama agrícola.
¿Cómo se pueden controlar, reducir o eliminar?
La mejor prevención se consigue con la creación y aplicación de un marco legal adecuado que regule la introducción o importación de aquellas especies colonizadoras de comprobado impacto negativo sobre los ecosistemas, toda vez que tienen una elevada capacidad para adaptarse a hábitats naturales de donde no son originarias, causando así desequilibrios que pueden evitarse, especialmente para proteger a las especies nativas y evitar su muerte y extinción plena.
España cuenta con una normativa donde se incluye un catálogo de cerca de 200 especies invasoras, desde el año 2011, donde destaca el temible mejillón cebra, el mapache o el galápago de Florida, la avispa asiática, entre otras.
Sin embargo los esfuerzos han sido pocos y todavía se permite la importación de algunas especies de plantas y animales invasores.
Igualmente, si estos mecanismos fallan y de todas formas se cuela una especie invasora en un hábitat que no le pertenece, entonces procede actuar con rapidez para evitar la multiplicación de estos seres antes de que logren propagarse.
Primero pasan por un período de adaptación que facilita una rápida erradicación si se aplican los correctivos de inmediato, porque la idea es impedir que se hagan fuertes y que empiecen a multiplicarse. Por eso es imprescindible monitorizar constantemente del hábitat alterado.
Protocolos para identificar especies invasoras
Es conveniente, en consecuencia, echar mano de protocolos adecuados de identificación y detección de estos invasores, a fin de abaratar costes y ganar tiempo.
Una vez obtenida toda la información necesaria, es preciso aplicar la fórmula exterminadora con precisión, para evitar un impacto ambiental aún mucho peor.
El control es recomendable a todo evento, pero especialmente si la erradicación de la especie colonizadora se queda corta. De no hacerlo, los daños ecológicos y económicos serán cada vez más serios.
En consecuencia, se debe apelar al método de control que más convenga tras el análisis de la situación.
Control químico
Control químico, el de mayor uso en la agricultura y ganadería, donde por lo general se aplican pesticidas para combatir a los extranjeros.
Control físico
Le sigue el control físico, donde la intervención es directa, focalizada hacia la especie invasora, siempre que el área de intervención no sea grande. Acá se extrae el animal u organismo molestoso con ayuda de herramientas mecánicas, o con una extracción minuciosa realizada con la mano.
Control biológico
Y, finalmente, existe el control biológico, donde se introduce en el ecosistema al enemigo natural para que la especie invasora sucumba ante el accionar de su depredador natural.
Algunos ejemplos de especies invasoras
Ejemplos de animales invasores
Entre las principales especies invasoras de animales, en España, se consiguen:
- La Cotorra gris o argentina o Mylopsitta monachus.
- La Cotorra de Kramer, o Psittacula krameri.
- Rana toro, o Lithobates caestbeinaus.
- Tortuga de florida, o Trachemys scripta elegans.
- Mapache, o Procyon lotor.
- Visón americano, o Neovison vison.
- Cangrejo rojo, o Procambarus clarkii.
- Avispa asiática, o vespa velutina.
- Mosquito tigre, o Aedes albopictus.
Ejemplos de plantas invasoras
Y sobre las plantas invasoras, en España se consiguen, entre otras, las siguientes especies:
- Ailanto o Ailanthus altissima.
- Caña o Arundo donax.
- Camalote o Eichhornia crassipes.
- Azolla o Filliculoides.
- Plumero o Pennisetum setaceum.
- El pino mediterráneo.
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