En términos generales, cuando hablamos de la palabra isla, siempre pensamos en un lugar desolado, rodeado de agua y alejado de todo.
Pues bien, las islas son justamente eso: una masa de tierra caracterizada porque sus límites están rodeados de agua por todos lados, sin excepción.
Hay islas que se unen y otras que se separan. Depende del movimiento de las placas tectónicas de la Tierra. Cuando se observan varias islas cercanas agrupadas, se llama archipiélagos.
Son más pequeñas que un continente. Pero cuando hablamos de una isla oceánica, tenemos que decir también que provienen de un origen distinto.
Están alejadas de los continentes y no guardan ningún vínculo originario con ellos. Todo lo contrario. Emergen de una montaña o dorsal submarina que logra emerger a la superficie marina.
Del mismo modo, la comunidad científica ha establecido que también pueden existir como resultado de grandes porciones pertenecientes al llamado supercontinente original de la Tierra, Pangea, porciones que no lograron fusionarse con los continentes actuales.
También aparecen como producto de alguna erupción volcánica, es decir, son el resultado de algún evento geológico de gran magnitud. Nueva Zelanda y Madagascar son consideradas dos islas oceánicas.
¿Qué características tienen?
Nacen de un dorsal submarino o una montaña submarina que ha emergido a la superficie marina.
Son poseedoras de un relieve es abrupto.
Se asientan sobre una zona denominada zona de subducción, donde una placa se ha hundido debajo de otra. O sobre lo que se conoce como un punto caliente, donde el magma sube en un punto determinado de la placa, logrando que la corteza se eleve o suba a la superficie.
Poseen una flora y fauna endémica, única o exclusiva de la isla que debe ser preservada de la destrucción y/o daños irreversibles que impactan su hábitat.
¿Qué fauna predomina en las islas oceánicas?
Las islas suelen ser sitios de maravillosa biodiversidad y muchas dan hogar a especies endémicas o exclusivas de esa localidad.
Son santuarios de especies marinas que debemos honrar y cuidar de actividades que impacten estos ecosistemas tan especiales que prodigan paisajes únicos.
Un ejemplo de especie endémica son los lémures estrepsirrinos de Madagascar, primates de cola rayada y ojos saltarines muy bellos.
Pero también son famosas la tortura radiada, la tortuga colaplana, la de tipo araña y la angonoka.
Las islas son consideradas laboratorios naturales perfectos para abordar estudios diversos sobre la evolución de las especies, especiación, biogeografía y distribución. Tienen peculiares biotas con especies endémicas en alto porcentaje.
En Nueva Zelanda no ha ocurrido lo mismo. Las especies endémicas animales son pocas.
La fauna actual tiene en su inventario a conejos comunes, cabras, cerdos, comadrejas, hurones, ciervo rojo y la zarigüeya australiana, descendientes de los colonos primeros que pisaron la isla.
Una especie muy conocida es el Kiwi. También están el weka, el kakapo y el takahe, pero las amenazas de extinción que tienen cada día son mayores.
Debido a que los hábitats naturales han sido deforestados para favorecer actividades comerciales con la madera, en detrimento de especies endémicas e importadas, que han tenido que ser sometidas a medidas especiales de protección estatal para tratar de salvarlas de una muerte segura.
Hay otras 23 especies únicas de aves de variedades como el Bellbird y el Tiu, aves canoras que no pueden volar. Ambas islas tienen especies de peces también únicos en su tipo.
En Nueva Zelanda es común ver a los delfines y nadar con ellos es una actividad turística inolvidable. Hay un delfín de cabeza blanco considerado el más raro del planeta. Y abundan las focas, pingüinos, muchos crustáceos y gran variedad de peces.
¿Qué flora hay en las islas oceánicas?
Madagascar cuenta con unas 200 mil plantas y especies de animales endémicos, que cada vez tienen menos hábitat donde vivir a plenitud.
Esto debido a que el 90% del bosque natural original fue destruido. Por ello, urge adelantar programas acelerados de reforestación, porque hasta los manglares han desaparecido.
Gracias al fenómeno que produce el aislamiento o la no pertenencia a un espacio continental, existen especies únicas que no guardan relación con sus ancestros.
Así aparece con una especie de orquídea única.
Esta especie de flor exótica se adaptó a un tipo de pájaro que no habría podido ayudarla en su proceso de reproducción si esta no modificaba el tamaño de su conducto interno (trompa).
Para así facilitar la polinización, ejecutada normalmente por mariposas (la especie que suele hacerlo y no existe en Madagascar) y no por el ave de pico corto.
Igual ocurre en otra isla oceánica muy famosa como destino turístico: Nueva Zelanda, que debido al aislamiento posee una flora endémica que alcanza 1.500 especies autóctonas de 2000 en total. Destaca el ejemplo del kowhai dorado y el pohutukawa rojo.
¿Sabías qué...?
En las islas oceánicas existen bosques nativos de hoja perenne que incluyen especies como el gigantesco kauri, el rimu y totara. También se dan variedades de haya y arbustos autóctonos que conviven con helechos, musgos y líquenes.
Pero volvamos a Madagascar, que tiene una especie de orquídea que pudo evolucionar hacia una especie endémica irrepetible, de un total de 900 especies de orquídeas que viven en su bosque húmedo tropical.
También abundan ranas endémicas. Hay 373 especies únicas, incluyendo la rana Mantella cowanii, casi extinta. No existen los mamíferos africanos de gran tamaño y mucho menos serpientes venenosas, reptil temido en el mundo entero.
Permanece vivo un bosque tropical lluvioso en las tierras altas del eje norte-sur y que bordea la costa oriental, desde una zona maciza denominada Tsaratanana hasta Tolagnaro.
Antes, este paisaje dominaba prácticamente toda la isla, pero gran parte de esta cubierta vegetal desapareció, gracias a actividades destinadas a intensificar la agricultura y multiplicar cultivos, en detrimento de espacios naturales únicos del planeta.
Se observan palmeras Raphia y baobabs en un bosque secundario ubicado al este. La zona costera permite el crecimiento de mangos, plátanos, cocoteros y vainilla. Esta última es un producto mundial de exportación, porque Madagascar la produce el 80% del consumo total.
Pero como la madera y el carbón vegetal son los combustibles más empleados para generar energía en hogares, los bosques que quedan se están reduciendo cada día más.
¿Qué temperatura tienen las islas oceánicas?
Madagascar tiene un clima tropical que prevalece en toda su franja costera, pero hacia la zona interna es templado y muy árido hacia el sur.
Esta isla oceánica posee dos estaciones: la primera es cálida y húmeda, entre noviembre a abril de cada año. Pero entre mayo a octubre, el ambiente se torna frío y seco.
Los vientos alisios originados por el anticiclón del océano Índico rigen el comportamiento del clima, con sus variaciones en las dos estaciones ya descritas.
Por su parte, en la isla oceánica de Nueva Zelanda existe un clima agradable la mayor parte del año. Es de tipo templado con temperaturas frescas, aunque en la llamada isla Norte la temperatura es mayor que en el lado de la isla Sur.
Las temperaturas medias se ubican entre los 8°C en la Isla Sur y los 16°C en la Isla Norte. Las cuatro estaciones del año están presentes, pero no registran temperaturas extremas.
No cae, por ejemplo, nieve en las ciudades durante el invierno y en verano el sol cubre todo, pero los vientos oceánicos impiden que las temperaturas sean mayores a los 30°C.
¿Cómo es el suelo de las islas oceánicas?
Para tener un ejemplo claro del tipo de suelo predominante en una isla oceánica, nada mejor que tomar a Madagascar, donde prevalecen los suelos lateríticos, porque prevalece la laterita.
Este tipo de suelo pertenece a las regiones cálidas. Suele ser pobre en sílice, pero muy rico en hierro y otros minerales, entre los que se cuenta la alúmina.
Se producen estos suelos de costras lateríticas, gracias al proceso de meteorización de la capa superficial del suelo provocada por la insolación, lluvias, el viento y la intervención de los seres vivos.
A Madagascar se le llama también la Isla Roja, ya que hay un predominio más que notorio de este tipo de suelo en las tierras centrales, aunque hay mejores suelos, de mayores riquezas hacia la parte volcánica del norte de la isla (Itasy, Ankaratra y Tsaratanana).
Igualmente, hay la zona oeste se observan suelos arcillosos, con arenas y caliza y hacia el sur se muestra la caliza junto a una capa superficial de laterita.
En Nueva Zelanda, los recursos naturales provenientes de sus suelos son variados y se consigue carbón, oro, hierro, piedra litográfica, así como arena y gas natural.
Solamente un 5,54% de las tierras son cultivables y existen cultivos permanentes estimados en un 6,92% de la superficie total.
¿Cómo son las precipitaciones en las islas oceánicas?
En el caso de las islas oceánicas, las precipitaciones son escasas y fuertes a la vez, focalizadas en varias zonas de diferente manera.
Hacia la costa oriental de Madagascar las precipitaciones alcanzar 4.000 mm en las zonas altas. De clima cálido y húmedo, pueden aparecer ciclones en la estación lluviosa, procedentes de las islas Mascareñas.
Hacia la costa este (Toamasina) pueden caer precipitaciones estimadas en 3.370 mm, con más de 200 días de precipitación y un tope máximo hacia enero de 400 mm y en septiembre un mínimo de 120 mm.
Se producen, en consecuencia, temperaturas mínimas de 17 °C, entre julio a septiembre y de 30 °C hacia el periodo de enero a marzo. La zona central recibe menos lluvias, por ende tiende a ser más seca y fresca. Aunque en invierno se producen tormentas.
Por su parte, las precipitaciones en Nueva Zelanda, son variables, aunque se registran en toda la geografía del país. Hacia la costa oeste de la isla Sur, las precipitaciones varían de entre 6.000 milímetros en Milford Sound y alcanzan más de 10.000 milímetros anuales en los Alpes del Sur.
Pero hacia el este de las montañas, separadas por apenas 100 kilómetros, se halla la región más seca de precipitaciones anuales de unos 400 milímetros en promedio.
Mi nombre es Teresa Vaz Ferrà y soy estudiante de Biología en Barcelona.
Me gusta colaborar con esta página porque desde bien joven me ha encantado el funcionamiento de la naturaleza y la biología. Tenía claro que quería estudiar algo relacionado con estos temas y por eso me acabé decidiendo por Biología.
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Hay islas que se unen y otras que se separan. Depende del movimiento de las placas tectónicas de la Tierra. Cuando se observan varias islas cercanas agrupadas, se llama archipiélagos.
Las islas suelen ser sitios de maravillosa biodiversidad y muchas dan hogar a especies endémicas o exclusivas de esa localidad.
Una especie muy conocida es el Kiwi. También están el weka, el kakapo y el takahe, pero las amenazas de extinción que tienen cada día son mayores.
Madagascar cuenta con unas 200 mil plantas y especies de animales endémicos, que cada vez tienen menos hábitat donde vivir a plenitud.
También abundan ranas endémicas. Hay 373 especies únicas, incluyendo la rana Mantella cowanii, casi extinta. No existen los mamíferos africanos de gran tamaño y mucho menos serpientes venenosas, reptil temido en el mundo entero.
Madagascar tiene un clima tropical que prevalece en toda su franja costera, pero hacia la zona interna es templado y muy árido hacia el sur.
Para tener un ejemplo claro del tipo de suelo predominante en una isla oceánica, nada mejor que tomar a Madagascar, donde prevalecen los suelos lateríticos, porque prevalece la laterita.
En el caso de las islas oceánicas, las precipitaciones son escasas y fuertes a la vez, focalizadas en varias zonas de diferente manera.
