Hoy más que nunca se impone colocar un freno definitivo a la destrucción del medio ambiente.
Por ende, cada vez es más necesario promover una educación ambiental mucho más pro activa, enfocada en un uso racional de los recursos naturales, si es que entendemos al fin la gravedad del impacto del cambio climático sobre la Tierra.
El tiempo se agota y fenómenos como los mega incendios, las inundaciones catastróficas, los huracanes devastadores, tsunamis, el derretimiento de los casquetes polares y otros procesos de carácter meteorológico, son apenas una muestra de la destrucción que se avecina sobre la madre Tierra si no se asumen nuevas conductas de vida menos agrestes con el medio ambiente.
En realidad, no es imposible ni difícil adoptar una serie de hábitos que conduzcan a una forma de vida mucho más respetuosa con el medio ambiente, con la madre naturaleza.
Muchas medidas son de sencillo cumplimiento, lo cual en modo alguno significa que no sean efectivas. Y no requieren del concurso de decisiones de Estado y de gobierno plagadas de legislaciones que se convierten a veces en letra muerta.
Son de fácil promoción individual y colectiva y dependen del grado de consciencia que cada quién debe tener en torno a las graves consecuencias actuales del cambio climático.
Veamos algunas medidas de gran alcance y sencillo gestionar, tanto en casa como en la oficina.
1. Desconecta el teléfono móvil y otros equipos electrónicos
Mantener desconectado siempre el cargador del teléfono móvil y de equipos electrónicos en general cuando no se usen, porque con este medida se reduce el exceso en el consumo de electricidad.
Tampoco procede dejarlos en modo “stand by” porque el reposo igualmente consume energía que cuesta mucho producir.
2. Usar menos el aire acondicionado
Reducir el uso de equipos de aire acondicionado solamente en épocas de gran calor veraniego.
Usarlos solamente en caso realmente necesario, porque liberan grandes cantidades de dióxido de carbono (CO2) a la atmósfera que aumentan el daño a la atmósfera producido por los gases de efecto invernadero.
3. Llenar lavadora y lavavajillas
No desperdiciar en casa la capacidad máxima de trabajo de lavadoras y lavavajillas. Es otra manera de ahorrar energía.
Si no están a “full” capacidad el desperdicio de energía será irrecuperable. También es recomendable usar detergentes y jabones biodegradables, para reducir su efecto negativo sobre suelos y agua.
4. Preferiblemente duchas, no baños
Es preferible utilizar duchas en el baño y no bañeras.
El ahorro en agua potable suele ser de alrededor de un 50% del agua que consumimos en el aseo personal. Procede a abrir la llave de agua solamente cuando te toque enjuagarte la boca al momento de cepillarte los dientes.
Así evitas desperdiciar el vital líquido.
5. Agua caliente en invierno o cuando las temperaturas sean frías
Utilizar agua caliente solo en invierno, únicamente cuando las temperaturas sean muy bajas en la época invernal.
6. Vigila las averías en grifos y tuberías
Arreglar las pérdidas de agua en grifos y tuberías. Recuerda que el agua potable es un recurso finito que ya escasea en muchas regiones del planeta.
7. Reciclar correctamente la basura de casa
Reciclar al máximo toda la basura que producimos en la casa, a fin de disminuir la cuota de CO2 de toda la familia.
8. Emplear bolsas reutilizables
Emplear bolsas reutilizables, ecológicas y eliminar el consumo de plásticos, como envases y empaques plásticos que bien pueden ser reemplazados por otros de vidrio cuya durabilidad era también muy larga y son mucho más higiénicos.
9. Vigila el consumo de combustibles de origen fósil
Ahorrar consumo de combustible y contribuir a la reducción del gas invernadero CO2 con la disminución del uso injustificado de más de un vehículo en casa.
Emplear otras formas de transporte más amigables con el ambiente y la salud, como la bicicleta y hacer recorridos a pie, son una medida de alto impacto positivo.
Además, conviene hacer un chequeo periódico de la presión en los neumáticos, porque si están fuera de rango generan un consumo mayor de gasolina y, en consecuencia, elevan las emisiones de CO2 a la atmósfera.
Fenómenos como el exponencial crecimiento de la población a nivel mundial, así como una dependencia exagerada de los combustibles, especialmente aquellos de origen fósil usados para producir energía, son dos de las primordiales causas de sobreexplotación y agotamiento de los recursos naturales disponibles en la naturaleza.
No es broma cuando se señala que la explosión demográfica en naciones cómo India, China y parte de África, ocasionarán en un futuro no muy lejano la indisponibilidad de fuentes de agua dulce, potable, en el planeta.
De allí que sea cada vez más seria la necesidad de ejercer controles efectivos sobre la natalidad para reducir la hambruna en los países más pobres del globo terráqueo.
Por eso es imprescindible que se imponga un uso racional de elementos fundamentales para la vida como el agua, los bosques y selvas, es decir, que la naturaleza y sus fabulosos Biomas sea respetada por el ser humano desde los primeros años de vida.
Usemos fuentes de energía renovables más amigables y sostenibles. El planeta clama a gritos por un cambio urgente en la forma de relacionarnos con la naturaleza.
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